martes, 9 de abril de 2013

Los bancos de alimentos y la educación para la solidaridad



En estos momentos de grave situación social, en que muchos ciudadanos han perdido su trabajo y apenas disponen de medios para sobrevivir, es especialmente necesaria la solidaridad social, las ayudas a los  más necesitados. Esa es la verdadera prueba de que un pueblo es avanzado, y no sólo la renta per cápita. Si un pueblo no desarrolla el sentido de responsabilidad y la solidaridad, no se pude decir que evoluciona y progresa, porque donde domina el egoísmo y la insolidaridad, no hay avance real de una sociedad, sino desequilibrios sociales e injusticias, que son la simiente de los enfrentamientos y la parálisis social.

En este sentido, la existencia de los bancos de alimentos y de las personas que los sostienen y trabajan en ellos, es una demostración de la solidaridad humana. ¿Qué menos hemos de hacer que dar de comer al hambriento? Es uno de los más elementales principios de cualquier cultura y religión humanitarias, y de toda sociedad que se precie de democrática.



Hay 54 bancos en España; funcionan como una empresa, hay jubilados que trabajan desinteresadamente y otros voluntarios. Para participar se puede asistir a las colectas de las grandes superficies.

Educar a los niños y los adolescentes en la solidaridad es educarles para una sociedad justa y avanzada en el orden social. La solidaridad, como las otras virtudes y cualidades, debe aprenderse en esas etapas, cuando la naturaleza está mejor predispuesta para ello, debido a la necesidad que tienen de ella el niño y el adolescente, a causa de sus diversas limitaciones como seres aún dependientes, por lo que no han arraigado en ellos, a no ser débilmente, ni el egoísmo ni los vicios propios de la edad adulta.




No hay comentarios:

Publicar un comentario