miércoles, 21 de noviembre de 2012

La educación y los medios de comunicación


La educación y los medios de comunicación

Nada ha logrado probablemente cambiar tanto la vida humana sobre este planeta, como la revolución tecnológica de los medios. Hay quien defiende que supone una revolución mayor que la revolución industrial y la revolución neolítica, e incluso que el paso de los homínidos al ser humano actual. Es incalculable el poder de la radio, la prensa, y en especial los audiovisuales, para influir en el pensamiento, la actitud y el comportamiento de los seres humanos. La humanidad no había tenido a su alcance unos medios tan poderosos de intervención y de control sobre los ciudadanos. De ahí, la lucha llevada a cabo por su control, y a la vez, la inmensa responsabilidad social que pesa sobre ellos.
Ese inmenso poder, hoy en sus manos, es probablemente la causa de su perversión y sus abusos. Hasta ahora, ha sido imposible hacer un uso de esos medios en favor de un mundo más justo y solidario, de unos ideales culturales, sociales, morales y éticos que favorezcan el bien común. Sólo sirven a “sus señores”, en medio de una lucha feroz por el poder y los privilegios de siempre, sea el poder político, económico o religioso. Día tras día, vemos un enorme control de la información en los medios, una falta de veracidad y de objetividad, una ausencia de principios y valores humanos y universales. El “todo vale”, con tal de acceder al poder y controlar la mayor cantidad posible de información, parece que es el principio fundamental y el objetivo esencial.
Por otra parte, los temas que se reponen, uno tras otro, son casi siempre los mismos: la moda, los socialmente famosos y poderosos, y las noticias sobre todo tipo de desgracias ocurridos cada día en el mundo, los actos violentos, la degradación, la inmoralidad, la corrupción, etc. Parece que no hay otras noticias en el mundo, se olvidan casi siempre de tantos actos de solidaridad, de sacrificio y entrega hacia los demás realizados por grupos y personas individuales, del lento pero irremisible caminar de la humanidad hacia la unidad y la integración, de la belleza de la vida y del arte, del mundo inocente y limpio de los niños, y de  tantas y tantas cosas buenas y positivas que hay en la vida diaria.
 Todo esto no son noticias que atraigan a la mayoría, parecen sólo dirigidas a los más ingenuos; el mundo de los mayores ha de estar lleno de crueldad y dureza, de horror y de barbarie, de abusos de poder, de falta de fe en el hombre y la vida. Es con lo que vibran la mayoría de los medios de comunicación, fieles a las estructuras de poder patriarcales y totalitarias. Por eso, se oyen noticias recientemente como ésta: “Las grandes multinacionales ganan poder y lo pierden los gobiernos”.
Este hecho es muy revelador, porque no debemos olvidar ese principio elemental de la vida humana de que cada uno atrae hacia sí aquello con lo que vibra, presente en dichos como “cada oveja con su pareja”, “Dios los cría y ellos se juntan”,  o que nuestras acciones proceden de nuestros pensamientos. Y estamos pensando tanto en los Medios como en los propios ciudadanos que se dejan arrastrar por toda esa información (en buena parte, una deformación) que traen, con frecuencia, esos Medios.
El catedrático Ervin Laszlo, escritor y presidente del Club de Budapest, dice -de los medios de comunicación- que podrían actuar de forma más responsable y que nosotros tenemos el poder de obligarles a que lo hagan. “Podemos elegir -dice- los programas de radio o televisión, los sitios de Internet, los periódicos, las revistas y los libros que proporcionan noticias fidedignas y constructivas… Las organizaciones privadas no gubernamentales publican un buen número de boletines y reportajes de buenas noticias alternativas. También existe un periódico dedicado por completo a estos asuntos, el Positive News, publicado en Inglaterra”.
A este periódico, se puede añadir “el Christian Science Monitor, un moderno periódico… que elimina las descripciones de delitos y suicidios, y resume los procesos y cualquier otro tipo de acentuación de los aspectos negativos o denigrantes de la vida”, dice el psiquiatra Roberto Assagioli. Asimismo, se pueden encontrar Noticias Positivas, a través de Internet, en diversas emisoras de radio y otras páginas. Sólo se precisa la voluntad  y el suficiente juicio crítico para buscarlas.
Por tanto, es necesario que, en las escuelas y los centros educativos, se ayude a los niños y los adolescentes a desarrollar el juicio crítico ante los medios de comunicación, para que cambien esa actitud pasiva ante todo lo que llega a nosotros a través de esos Medios, por una actitud activa y responsable que no se deje llevar por lo primero que se oye o se ve. Así lograremos formar y educar a ciudadanos libres y responsables, que influirán decisivamente en el desarrollo de una sociedad más justa, activa, libre y responsable. 

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