lunes, 30 de julio de 2012

La Escuela de Padres en la Nueva Educación


                                    ESCUELA DE PADRES

         Una de las exigencias de la Nueva Educación es la participación de los Padres en el sistema educativo. Sin su presencia, la educación queda bloqueada, porque ellos son los primeros educadores, los educadores por naturaleza, lo hagan bien o mal.

“LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS”
                (Curso para madres y padres)
 (Por Julio Ferreras, excatedrático de IES, educador)


PRIMERA PARTE: La educación en la familia

1.- Educar es más que enseñar e instruir

2.- Sectores sociales implicados en la educación

3.- Los padres y el sistema educativo

4.- Los padres como educadores

5.- La familia, base de toda educación
     
6.- Educarse para educar

7.- Estrategias y técnicas educativas

8.-  Normas de convivencia familiar

9.- ¿Por qué y para qué tenemos hijos?

   10.- ¿Cuándo comienza la educación?

   11.- Errores más frecuentes de los padres en la educación



     SEGUNDA PARTE  (en desarrollo)



LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

Este curso, acerca de la educación de los hijos y dirigido a los padres, trata de tomar conciencia de una realidad social evidente: la mayoría de los padres manifiestan tener muchos problemas en la educación de sus hijos, con consecuencias realmente graves, en muchos casos, para la relación entre unos y otros. El único remedio posible lo manifiesta el gran psicólogo francés, Pierre DACO, que dice: "La educación de los demás empieza por la educación de uno mismo. No hay excepción a esta regla".
         Si siempre ha sido necesario y conveniente estar preparado para ser un buen padre y una buena madre, lo es mucho más en un mundo en que la autoridad, en general, se está viniendo abajo, debido a que se ha ejercido generalmente de forma abusiva, dogmática y totalitaria. De ahí se está pasando, con frecuencia, al extremo opuesto, a una autoridad débil y demasiado complaciente. Hoy es preciso poseer una autoridad firme y responsable para poder educar; de esto trata esencialmente el curso, para así evitar, por un lado, la permisividad y el proteccionismo, y por otro, la autoridad excesiva.
Hay muchos padres que son conscientes de que no aciertan a educar a sus hijos, que nadie les ha enseñado a desempeñar esa tarea tan necesaria como difícil. Es una de las muchas paradojas y contradicciones de nuestra sociedad; por un lado, se persigue el conocimiento y la especialización en cualquier trabajo o profesión para tener éxito profesional, y por otro lado, se olvida y se margina el primer trabajo y la primera profesión  de un padre y de una madre: saber educar a sus hijos.
Las dificultades que atraviesan, hoy, las familias, por este motivo, es una de las causas del fracaso escolar, de la violencia juvenil, de la adicción al alcohol y a las drogas, a la televisión y a los videojuegos. Sólo un conocimiento de lo que es y lo que supone la verdadera educación de los hijos, puede poner freno a esta vorágine de violencia y agresividad que arrastra a nuestra sociedad. De ahí la importancia de estos cursos para aprender a educar.
“La Educación de los hijos” se inicia con una charla informativa y orientativa, y un test. Después, se desarrolla en cuatro o cinco sesiones de hora y media a dos horas, cada una.
El curso, además de establecer unos principios educativos, intenta ser práctico y activo, centrándose en ejemplos de la vida diaria entre padres e hijos.


   A NUESTROS HIJOS E HIJAS
(Conclusiones de uno de los cursos “La Educación de los hijos”)

-         Que respetéis las normas de convivencia en la familia y que colaboréis en las tareas y el orden de la casa
-         Que confiéis más en nosotros y no estéis a la defensiva
-         Que habléis con nosotros tranquilamente y con cariño, sin gritos, ni insultos ni portazos
-         Que os queráis mucho los hermanos y no os peguéis; que seáis generosos y os ayudéis
-         Que seáis buenos amigos con vuestros amigos, y no egoístas
-         Que seáis responsables con vuestros deberes y estudios
-         Que aprendáis a escuchar sin pretender tener siempre la razón
-         Que no mintáis, que nos contéis siempre todo lo que hacéis y pensáis para que podamos ayudaros mejor
-         Que obedezcáis sin protestar
-         Que tengáis vuestra personalidad propia y sepáis decir sí o no con firmeza y responsabilidad
-      Que sepáis huir de los peligros: alcohol, drogas, peleas y discordias, sin violencia ni debilidad
-         Que no perdáis la sensibilidad y el respeto a las personas y la naturaleza
-        Que comprendáis nuestros errores al educaros, porque es una tarea difícil y para la que tenemos que prepararnos, casi siempre, nosotros solos

    Este es nuestro deseo de madres y padres




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